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Que es la Masonería


“Masonería es la ciencia de la vida en una sociedad de hombres, con signos, símbolos y ceremonias, que tienen por base un sistema de moralidad y por propósito el perfeccionamiento y dicha del individuo y de la humanidad”.

G. F. Moore



“La democracia es hija de la Masonería y debemos reconocerla como nuestra. A nosotros nos corresponde educar a esa niña en la sabiduría, la fortaleza y la belleza.”

EdouardEmilEckert



“La Masonería es la actividad de hombres estrechamente unidos, que mediante formas simbólicas tomadas principalmente del arte de la construcción, trabajan en beneficio de la humanidad, procurando enaltecerse moralmente y enaltecer a los demás, y por tanto, llevan acabo una liga universal de la humanidad, que ellos aspiran a formar aun ahora en corta escala.”

GermamHandbuch



“La Francmasonería es la conquista de los apetitos y pasiones; una continua lucha de lo espiritual contra lo material y sensual”.

AlbertPike”



La Francmasonería, o simplemente Masonería, es la más antigua y más extensa organización fraternal, dedicada a promover la fraternidad universal que abarca todo el género humano. Aunque la Masonería no constituye una religión ni ejecuta ritos religiosos, sostiene la existencia de un Ser Supremo a quien denomina Gran Arquitecto del Universo, para evitar así cualquier sectarismo, por una parte, y señalando el carácter rector y edificativo de la Divinidad, por la otra.

La organización de la Francmasonería está basada en Grandes Logias, cada una de las cuales es soberana dentro de su propio territorio. No existe una autoridad central que tenga tuición sobre todas las Grandes Logias. Sin embargo, para que una Gran Logia sea aceptada por las demás, debe cumplir con ciertas normas, prácticas y tradicionales, aceptadas por la mayoría como fundamentos indispensables de la Masonería.



La Francmasonería no acepta distinciones de raza, color, religión ni nacionalidad.

Siendo una organización fraternal, la Francmasonería le proporciona a sus miembros la oportunidad de encontrarse y disfrutar de la compañía de amigos que comparten los mismos ideales, dentro de un espíritu de benevolencia y tolerancia, guiados por los principios éticos más elevados. La Masonería es personal en sus ceremonias privadas. Sus rituales dan expresión dramática a una filosofía de la vida basada en la más estricta moral.

La Orden incita a cada uno de sus miembros a la autosuperación mediante el estudio y la práctica de las virtudes. Las herramientas del masón operativo, como ser el nivel, el mazo, el cincel, la escuadra y el compás, son empleados en forma simbólica para enseñar los principios fundamentales del amor fraternal, la caridad, la justicia, la equidad y la honestidad que los Masones deben practicar en sus vidas diarias. La fraternidad masónica no oculta su existencia, propósitos, ideales ni principios. Los Templos Masónicos ostentan casi siempre el emblema universal de la Masonería, la escuadra y el compás semiabiertos, entrelazados. También muchos Hermanos llevan la insignia masónica en la solapa o en un anillo.



En las reuniones periódicas de las Logias (semanales, bisemanales o mensuales) se escuchan charlas sobre temas filosóficos e históricos y se debate libremente sobre dichos problemas, excluyendo en forma absoluta toda discusión sobre las creencias políticas y religiosas privativas de cada uno. Una de las tradiciones de la Francmasonería es la de no pedirle a nadie que ingrese en la Orden. Sin embargo, todo varón honorable y mayor de edad puede pedirle información a cualquier Masón sobre los procedimientos de ingreso”.



IDEALES Y PRINCIPIOS DE LA MASONERÍA

La Masonería es un movimiento filosófico activo, universalista y humanitario, en el que caben todas las orientaciones y criterios que tienen como objeto el mejoramiento material y moral de la humanidad sobre la base del respeto a la personalidad humana.

La Masonería no es un órgano de ningún partido político. Su propósito es el estudio y solución de los problemas referentes a la vida humana, para asegurar la paz, la justicia y la fraternidad entre los hombres y los pueblos, sin distinción de raza, condición socioeconómica, religión o nacionalidad.

La Masonería reconoce la posibilidad de la superación constante de la humanidad en torno a un principio omnipotente que denomina “ El Gran Arquitecto del Universo”. Tal reconocimiento de un principio originario y de una causa primera permite a cada quien interpretarlo y nombrarlo como mejor le parezca; asimismo deja en libertad a los masones de profesar la fe que deseen.



La Masonería no persigue utopías, sino ideales realizables en el seno de la sociedad humana, en la que vive y en la que trabaja, recogiendo los anhelos e inquietudes y sembrando en ella su pensamiento progresista.



La Francmasonería o Masonería es conocida en la sociedad contemporánea como una asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua, usan emblemas y signos especiales y se agrupan en entidades llamadas logias. La descripción es bastante escueta e imprecisa. Mucho más interesante es la definición que la Masonería se hace de sí misma en su Declaración de Principios y que dice lo siguiente:

La Francmasonería es una institución universal, esencialmente ética, filosófica e iniciática, cuya estructura fundamental la constituye un sistema educativo, tradicional y simbólico. Se ingresa a ella por medio de la Iniciación. Fundada en el sentimiento de la Fraternidad, constituye el centro de unión para los hombres de espíritu libre de todas las razas, nacionalidades y credos.



Como institución docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre en el medio en que vive y convive y de la humanidad. Promueve entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad, el conocimiento de sí mismo y del hombre, para alcanzar la fraternidad universal del género humano. A través de sus miembros proyecta sobre la sociedad humana la acción bienhechora de los valores e ideales que sustenta.

No es una secta ni es un partido. Exalta la virtud de la tolerancia y rechaza toda afirmación dogmática y todo fanatismo. Aleja de sus templos o talleres las discusiones de política partidista y de todo sectarismo religioso.

Propugna los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad y, en consecuencia, promueve la justicia social, combate los privilegios y la intolerancia.



La Masonería no es una sociedad secreta. Sus dirigentes y sus direcciones son de conocimiento público. Mantiene ciertas reservas como lo hacen muchas otras instituciones.

Puede ingresar a la Masonería todo hombre libre y de buenas costumbres. Se puede postular al ingreso sólo a través de un miembro de la institución, que lo patrocine.



ORÍGENES Y RASGOS HISTÓRICOS DE LA MASONERÍA



La historia de la Francmasonería está sumida en las brumas del pasado de la humanidad. Se pueden, de todos modos, reconocer dos raíces: una esotérica, que viene de los antiguos misterios iniciáticos egipcios y griegos, y otra pragmática que nos llega de los masones operativos, es decir de los constructores de las grandes catedrales de la Edad Media (Siglos V-XV).



Cerca del sitio de cada construcción se erigía una pequeña casa provisoria que servía de lugar de trabajo para trazar los planos y realizar las tareas administrativas y, también, para que los obreros vivieran allí. Esas casas se llamaban logias, nombre que se ha mantenido y designa ahora el lugar de reunión y, también, al conjunto de sus miembros.



El Renacimiento (Siglos XV y XVI) y la Ilustración (Siglo XVIII) con la difusión del conocimiento que conllevó la invención de la imprenta, atrajo a la seguridad de las logias a artistas, filósofos, hombres de ciencia, literatos, militares y nobles que apreciaban su espíritu de tolerancia y evadían las persecuciones inherentes a las guerras religiosas. Con el correr del tiempo, esos miembros aceptados formaron mayoría.

El 24 de junio de 1717, cuando se celebraba el día del solsticio de verano, en el hemisferio norte, el día más largo del año, de mayor luz, cuatro logias londinenses de masones formaron una Gran Logia, la primera agrupación masónica del mundo y madre de todas las demás. Actualmente se llama la Gran Logia Unidad de Inglaterra.



La nueva Masonería de Inglaterra dejó de ser operativa, porque no trabajaba directamente en la construcción y pasó a ser simbólica, ya que se ocupaba de la formación espiritual del hombre. De Inglaterra se extendió por el continente europeo y, después, por todo el mundo.



LA MASONERÍA EN VENEZUELA



Los orígenes de la Masonería en Venezuela están estrechamente ligados a la emancipación y a los libertadores. En efecto, el 24 de junio de 1824 se fundó la Gran Logia de Venezuela. Su Primer Gran Maestro fue el ex Vicepresidente de la República, Diego Bautista Urbaneja Sturdy, un abogado distinguido que, también, fue uno de los más prestigiosos magistrados del país.



Siete importantes figuras de la Venezuela de ese tiempo, con una respetable vida pública acompañaban al Gran Maestro Urbaneja en la primera Directiva: José Cordero, Manuel López Umérez, José R. Martín, Andrés Narvarte, José María Pelgrón, Fernando Peñalver y José María Lovera. Muchas veces, Bolívar habría de agradecer a Peñalver sus consejos y su eficaz colaboración en el Congreso de Angostura de 1819 como muchas veces se ha elogiado la ponderación de Narvarte cuando asume la Vicepresidencia a la renuncia del Presidente José María Vargas, otro ilustre masón.



A fines de 1824, ya había 18 logias en el país, todas trabajando en torno a los ideales humanitarios y patrióticos que sirvieron de base a la independencia y al desarrollo de Venezuela.

Más tarde, se incorporan a la Masonería las más importantes personalidades del país. Por sus talleres pasan Presidentes de la República, magistrados, intelectuales, académicos, militares de todos los componentes, científicos, profesores universitarios, artistas, empresarios, agricultores, comerciantes, funcionarios públicos y gente modesta, digna y de trabajo en las distintas áreas de la vida nacional.



Durante la dictadura de Gómez, entre 1908 y 1935, la Masonería fue debilitada por los organismos gubernamentales y ello produjo un sensible atraso con el alejamiento de sus hombres más esclarecidos. Su recuperación se hizo lenta, por la confusión que se había generado, hasta que nuevas generaciones, con altos valores éticos y un importante nivel intelectual, académico y humanista, se incorporan a la Masonería y crean nuevas bases de desarrollo espiritual y moral de la institución.



USO DEL SIMBOLISMO



El simbolismo de la Masonería Moderna consiste en que los masones representan, simultáneamente, al obrero y al material que éste trabaja.

Se habla de la construcción del templo de la Humanidad con las piedras que simbólicamente son los masones. Ellos llegan a la logia como una piedra bruta y el trabajo perseverante consiste en desbastar sus aristas y pulirla para crear, si es posible, una piedra cúbica cada vez mejor y más perfecta. Este trabajo simbólico se efectúa en tres etapas o grados como Aprendiz, Compañero y Maestro masón.



El sistema educativo utiliza, como elementos simbólicos, las herramientas y materiales de albañilería que usaban los antiguos constructores, los que son de comprensión universal. La escuadra es, por ejemplo, símbolo de rectitud.



EL POR QUÉ DEL SIMBOLISMO



La Francmasonería, por la vía del simbolismo, ofrece enseñanzas de moral y conocimiento a través de un proceso progresivo de grados en el que cada vez se incorporan mayores ideas en materias éticas, humanistas y filosóficas, crecientemente complejas. Los miembros asumen con frecuencia desafíos que les estimulan y les llenan de mucha satisfacción personal.



El ordenado sistema de trabajo en las logias y la realización de ceremonias, que usualmente son seguidos por reuniones de sana convivencia fraternal, absorbe a sus miembros y genera entre ellos una amistad desinteresada y recíproca, estimula el trabajo en equipo, desarrolla el carácter y ofrece el placer de las experiencias compartidas.



La Francmasonería no es una religión ni aspira a mostrar un camino de salvación. Sin embargo, alienta a sus miembros a buscar el origen y finalidad de sus existencias para hacerlas más dignas de la sociedad y anima a los que son creyentes a ser honestos partícipes de sus particulares doctrinas.

La Francmasonería no es una organización política, carece de agenda en esa materia y no patrocina discusiones sobre política contingente en sus reuniones de trabajo. Su compromiso es la perfección del hombre como vía para lograr lo mismo con la sociedad.



INFLUENCIA DE LA MASONERÍA EN LA SOCIEDAD



Grandes hombres de la historia de la Patria han pertenecido a las logias masónicas. Desde luego, Bolívar, Miranda, Andrés Bello, Simón Rodríguez y Sucre.

Han pertenecido, también, los Presidentes de la República José Antonio Páez, José María Vargas, Carlos Soublette, José Tadeo Monagas, José Gregorio Monagas, Julián Castro, Manuel Felipe Tovar, Juan Crisóstomo Falcón, Antonio Guzmán Blanco, Francisco Linares Alcántara, Joaquín Crespo, Juan Pablo Rojas Paúl, Raimundo Andueza Palacio, Ignacio Andrade, Raúl Leoni.



En el Panteón Nacional figuran ilustres personalidades de la política, las ciencias, el derecho, la educación y la vida militar que dan prestancia y dignidad a ese lugar de la gratitud nacional. De 141 próceres, 38 son masones: Alvarado, Andueza Palacio, Aranda, Arismendi, Avendaño, Bello (cenotafio), Bermúdez, Andrés Eloy Blanco, Blanco Fombona, José Félix Blanco, Bolívar, Brión, Bruzual, Conde, Lino de Clemente, Echeandía, Falcón, Guzmán Blanco, Antonio Leocadio Guzmán, Lander, Linares Alcántara, Mariño, Miranda (cenotafio), José Gregorio y José Tadeo Monagas, Monzón, O´Leary, Páez, Pérez Bonalde, Piñango, Razetti, Simón Rodríguez, Sanabria, José Laurencio Silva, Soublette, Sucre (cenotafio), Urbaneja y José María Vargas. Está pendiente, desde 1875, la repatriación, desde París, de los restos del Presidente (1860-1861) Manuel Felipe Tovar, el primer Mandatario elegido por voto directo.



De los 30 hombres más influyentes en la historia de Venezuela, a juicio de los principales académicos y estudiosos venezolanos, 10 son masones: Bello, Andrés Eloy Blanco, Bolívar, Guzmán Blanco, Antonio Leocadio Guzmán, Humboldt, Miranda, Páez, Simón Rodríguez y Sucre (El Universal, 31.7.98).

Junto a todos ellos están artistas como Teófilo Leal y Juan Lovera, educadores como Jesús Enrique Lossada y Luis Beltrán Prieto, escritores como Vallenilla Lanz, Rufino Blanco Fombona y Mario Briceño Perozzo, historiadores como Rafael María Baralt y Caracciolo Parra Pérez, hombres públicos como Luis Felipe Llovera Páez, humanistas como Rafael Villavicencio, empresarios como Manuel de Lima y Carlos y Evaristo Soublette, juristas como Rafael Naranjo Osty y Nicomedes Zuloaga Tovar, músicos como Eduardo Calcaño, Pedro Elías Gutiérrez, Juan José Landaeta, Vicente Salias y Ramón de la Plaza, periodistas como Juan Vicente González y altos dirigentes políticos, sindicales, gremiales y de organizaciones no gubernamentales que han contribuido y contribuyen al desarrollo y progreso de la vida nacional.



Para la Masonería el trabajo es un deber y un derecho del ser humano y lo exige a sus adeptos como contribución indispensable al mejoramiento de la colectividad. Defiende los principios de libertad, igualdad y fraternidad y combate la explotación del hombre por el hombre.

La Masonería sostiene que es posible alcanzar la paz entre los hombres y entre las naciones evitando la violencia y utilizando el diálogo y la razón. Los masones deben contribuir a lograr la paz asumiendo un compromiso inteligente y ético.



La acción de la Masonería se refleja en numerosas obras de bien público, cuya creación u organización ha sido inspirada por miembros de la Orden Masónica, y en numerosas leyes como la abolición de la esclavitud; Himno Nacional y símbolos patrios; votación directa; matrimonio civil; cementerios laicos; educación pública, gratuita y obligatoria; separación de la Iglesia del Estado; libertad de cultos, voto femenino y muchas otras de carácter cultural y en apoyo del bienestar y la defensa del patrimonio y la soberanía nacionales.



Con esta sencilla información, deseamos motivarle para reflexionar sobre la Masonería como una de las instituciones de más alto contenido espiritual.



No cree en la existencia de estados perfectos que serían inmutables y estáticos: su ideal es dinámico. Por ello pretende únicamente, ser un factor activo del progreso

Entiende por progreso, la constante superación del pasado, para emancipar al ser humano del dolor, de la esclavitud y de toda servidumbre material y moral, y hacerlo participar en todos los beneficios que pueda proporcionar la civilización y la cultura, por medio de una organización positiva de la sociedad.

Tiene principios por los que se rige y en los que anida el germen del progreso, que se desarrolla en cada pueblo y en cada época de la historia, según las condiciones del medio social.



Son sus metas invariables:

a) Destruir los viejos moldes de pensamiento y acciones que se oponen al progreso

b) Construir nuevos ideales al servicio del hombre

c) Trabajar con constancia por la superación del género humano



Pretende alcanzar sus metas por medio del conocimiento científico, bajo el lema “LA SABIDURIA ES LA FUERZA”

La Masonería reconoce y proclama en su totalidad la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE”, aprobada por las Naciones Unidas en París el 10 de diciembre de 1948, y trabaja por el establecimiento de un orden social que garantice tales derechos.

Proclama igualmente el DERECHO DE SOBERANÍA Y AUTODETER-

MINACIÓN DE LOS PUEBLOS, y condena la guerra de agresión y de conquista.

Aspira al establecimiento de un ESTADO DE DERECHO NACIONAL E INTERNACIONAL que impida la explotación del hombre por el hombre y la de los pueblos débiles por los pueblos fuertes.

La institución cree que únicamente en un estado de derecho y en una sociedad regida por los principios de LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD, pueda ser respetada la dignidad de los hombres y de los pueblos, que implica el pleno derecho a su desarrollo, por el libre ejercicio de sus potencialidades.

Proclama el contra las tiranías políticas, económicas, sociales y culturales que no respeten los derechos humanos.



Como toda asociación que aspira a realizar fines dentro de la comunidad humana, NO PUEDE SER APOLÍTICA. No es un órgano de ningún partido político, pero agrupa en su seno a hombres de diferentes ideologías progresistas, para estudiar e impulsar lo que hay en ellas de común en beneficio de la humanidad y asegurar así la justicia y la paz entre los hombres y entre los pueblos sin distinción alguna de raza, sexo, color, nacionalidad, idioma, credo religioso o ideología política.

Es preocupación fundamental de la Institución, laborar constantemente para acrecentar el acervo común del pensamiento progresista universal, como base de la convivencia entre los hombres y los pueblos, la cual habrá de ser PACÍFICA, FECUNDA Y DE HERMANDAD.

La Masonería, aspira, pues a un orden universal democrático y cosmopolita en el que los hombres y los pueblos colaboren y se beneficien mutuamente en su libre desenvolvimiento a través de su UNIÓN, SOLIDARIDAD Y COOPERACIÓN.



Considerando que las ideas metafísicas son del dominio exclusivo de la apreciación individual, la Institución rechaza toda afirmación dogmática, por lo que no prohibe ni impone a sus miembros ninguna convicción teológica o metafísica. Enseña la práctica de la tolerancia y combate todo fanatismo, principalmente aquel que se traduce en la explotación de la ignorancia y de la credulidad.

Proclama los principios de LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA, que tiene por fin mantener un ambiente de convivencia pacífica, pero que no supone indiferencia ante la diversidad de ideas y creencias, pues la Institución declara que es objetivo fundamental de la misma la búsqueda de la verdad y la lucha constante por impulsar el progreso del genero humano y combatir de forma permanente la ignorancia y la superstición.

La Masonería considera que la elevación ética, la emancipación y el progreso de los hombres y de los pueblos, se consigue a través de la EDUCACIÓN, de la ILUSTRACIÓN y del TRABAJO. Aspira al conocimiento de la VERDAD guiado por la experiencia.

La Masonería es militancia. Concibe la marcha evolutiva de la humanidad, con arreglo a una FILOSOFÍA DE LA HISTORIA que esta contenida en sus rituales. La institución tiene carácter de académica para enseñar dicha filosofía y forjar en ella la conciencia doctrinaria en aras de la confraternidad universal.

Los principios de carácter general de la Institución tienen la elasticidad suficiente para que al ser interpretados conserven su vigencia en todos los tiempos y en todos los países.

La eficacia de la Institución como factor de progreso, depende de la comunidad, de sus ideales y de su acción en todo el mundo. Por lo tanto, la masonería aspira a establecer un constante intercambio de conocimientos y prácticas entre los masones para incrementar sobre bases formales la afinidad ideológica y la unidad de acción. Proclama, por último, el derecho de HOSPITALIDAD que debe darse a todos los hombres e instituciones perseguidas por sus ideales de justicia y libertad y muy particularmente el DERECHO DE ASILO a los masones perseguidos en sus respectivos países para que puedan seguir trabajando en el exilio por la libertad de sus pueblos.

(Tomada de la pagian de la Gran Logia de Venezuela)